Esta frase de Mario Beneddetti me ha hecho reflexionar mucho en estos últimos días.
Y no es para menos... en las últimas 2 semanas mi vida ha tenido muchos sobresaltos, algunos buenos, otros no tan buenos, pero todos me han hecho reflexionar acerca de mi existencia.
Resulta que hasta hace 2 semanas, todo en mi vida tenía un orden, una rutina por así decirlo...
Rutina de trabajo, desde despertar, prepararme para la jornada, transcurrir un día productivo o no tanto, en perfecta armonía. Regresar a casa o pasar a buscar un libro, un buen café y una conversación amena.
La ultima semana de abril, esta rutina cambió... de forma brusca, primero por una llamada, despues una mirada... una buena conversación de muchos minutos.....
despues con un accidente automovilístico del cual salí vivo de milagro.
Con muchos dolores por los golpes del accidente, me detuve a pensar en el tiempo que he perdido, tratando de vivir una vida perfecta... olvidando la belleza de las cosas simples, las cosas no planeadas.... habia olvidado por completo lo maravilloso que es caminar de la mano de una persona que te hace sentir completo... esa persona que te hace olvidar el tiempo.
Veo que tengo una segunda oportunidad de ordenar mi vida y no olvidaré estas verdades que me hicieron abrir los ojos:
El amor, el sentimiento mas grande que puede hacer maravillas con las personas, que nos hacen levantarnos despues de haber caido.
Las mujeres, los seres mas maravillosos sobre la tierra... que con sus besos y caricias nos hacen tocar el cielo y olvidar los problemas, preocupaciones y nuestros miedos.
La vida, ese laberinto que a veces no entendemos y que por momentos no nos queda mas que vivirla o sobrevivirla...
