22/09/2008

Decepcion...

Cuando recuerdo la madrugada de aquel miercoles, camino a Nueva Jersey en una van compartida con una joven de Ecuador, quien dejó su Guayaquil hermoso en busqueda del sueño americano y de reencontrarse con el amor de su vida a quien no ha visto en 8 años... la nostalgia se apodera de mi, al recordar que yo tambien he dejado a alguien en casa, una almohada vacía y muchas lagrimas rodando por las mejillas de mis 2 angeles que pensarán en mí y me extrañaran como nunca en estos días, casi tanto como yo lo haré.
Nuestra conversación se vio interrumpida al notar un vejo de tristeza en los ojos de la otra joven que nos acompañaba, mirando por la ventana los rascacielos de Manhattan, la luz triste de aquellas estructuras iluminadas se reflejaba en sus ojos y un suspiro escapo de su pecho. No pude evitar preguntar si todo estaba bien y su respuesta en lugar de convencerme, confirmó mis sospechas.
No era tristeza lo que reflejaban sus ojos, era mas bien digamos, decepcion.

Y es que ella quizas...:

Dejó la nieve de Estocolmo
y salió a buscar otra estación
quiso un paisaje sin otoño
y aquí llegó con la ilusión.

Ella miraba en la avenida
esos árboles raros de boliches verdes.
Sus hojas son como estos días
que a pesar de la lluvia
tampoco florecen.

Pasó seis años y otro poco
viviendo igual, pero soñando
y hasta cantó con esos locos
que el tiempo ya nos va cansando.

Pero ella vio en la avenida
a esos árboles raros de boliches verdes
sus hojas son como estos días
que con el viento sucio
algunas se mueren.

Dejó la nieve e Estocolmo
y salió a buscar otra estación
quiso un paisaje sin otoño
y aquí llegó con la ilusión.

Dejó la nieve de Estocolmo
y en mi ciudad paró su tren
quería un paisaje sin otoño
y se encontró
que aquí las hojas
se caen también.